Max Verstappen y Red Bull. No se entendería al uno sin el otro, ni al otro sin el uno. Porque el neerlandés es el alma del equipo. Porque el equipo está hecho, prácticamente, por y para el neerlandés. Juntos han logrado un Mundial de constructores y dos de pilotos, con un tricampeonato para él que está cada vez más cerca. Porque poca oposición ha tenido…
Tanto fuera como dentro de su propio equipo. Porque no ha habido manera de batirle. Porque, en la marca de las bebidas energéticas, él es y ha sido ‘el rey’. El líder. El jefazo.
No pocos compañeros ha tenido en Red Bull, y uno a uno se los ha ido ‘ventilando’. Uno a uno los ha ido ‘despedazando’, y haciendo que los mandamases de la marca prescindiera de sus servicios e incluso que les bajara al equipo B. Se llame Toro Rosso o se llame AlphaTauri.