Hijos de expeloteros, bautizados con el nombre de sus padres, con talento como para desafiar hasta a los mitos del béisbol, con fortunas garantizadas a la edad de obtener el permiso para ingerir alcohol, referentes de millones de niños en el mundo… Fernando Tatis Jr., y Ronald Acuña Jr., son dos fenómenos de época que también tienen en común sufrir grandes tropezones en el campo minado de las lesiones.
Una cadena de deslices indeseados que los ponen en desventaja con otro diamante generacional, Juan Soto, cuya salud agrega valor en su búsqueda del gigantesco contrato.
Mientras Tatis solo ha disputado el 57% de los partidos desde que llegó a la Gran Carpa y Acuña el 73%, el guardabosque de los Yanquis ha aparecido en el 95%.
Un tiempo que Soto ha capitalizado y saca 9.9 victorias sobre jugador reemplazo (WAR) al venezolano y 15 a su compatriota, en Baseball-Reference.
Tatis está de vuelta
El lunes, cuando Tatis Jr., salió a jugar defensa en el prado derecho del Petco Park en San Diego, la multitud lo aplaudió, lo extrañaba. Fue su primer juego en uniforme de los Padres desde el 21 de junio, cuando los rayos X revelaron que tenía estrés en el fémur de su pierna derecha.
Se trató del más reciente resbalón de una carrera en las Grandes Ligas que arrancó junto a la campaña 2019 y que le permitió convertirse en uno de los principales rostros del negocio hasta que el laboratorio lo delató, pero ha sido una en la que solo ha estado disponible para el equipo en poco más de la mitad de los juegos.
El Bebo ya acumula dos visitas al Juego de Estrellas, dos Bates de Plata, un Guante de Oro y uno de Platino; necesitó 474 partidos menos para disparar el total de cuadrangulares (114) de su padre. Ya sea cuando llega al plato, cuando corre las bases o cuando defiende desde las tribunas se encienden las cámaras de miles de móviles para no arriesgarse a perderse una genialidad.
Pero Tatis, de 25 años y con contrato hasta 2034, ha estado 332 días fuera solo por bajas médicas de acuerdo a Baseball Prospectus, que no computa los 80 partidos que cumplió como sanción por su positivo en una prueba de dopaje en 2022.
Antes de su más reciente visita a la lista de bajas había atado una cadena de 221 partidos hábil para jugar con el uniforme de los californianos, la cadena más larga en toda su carrera como profesional, que arrancó en 2016.
Desde ese 28 de marzo de 2019 cuando debutó en el Gran Circo, Tatis Jr., debió estar disponible para 870 partidos del conjunto. Solo apareció en 495, es decir, en el 56.8% del tiempo.
Con el hombro derecho como su talón de Aquiles (requirió cirugía ese 2022 mientras cumplía la sanción), el petromacorisano también ha necesitado de tratamiento en la parte baja de su espalda, en el oblicuo, el Covid-19 lo alcanzó y se rompió una muñeca que necesitó de una operación.
Acuña, igual calvario
Al arranque de la campaña, el venezolano fue colocado en el puesto número uno del ranking anual que elabora la MLB, por delante de un Shohei Ohtani que suele separarse de los mortales.
El venezolano venía de ganar el MVP con votación absoluta, de ser el primero en lograr el 40-70 y con el padre de Tatis advirtiendo de que no había alcanzado su techo.
No obstante, la luz amarilla que encendió en marzo la rodilla izquierda del nacido en La Guaira pasó a roja el 26 de mayo con los resultados de una resonancia magnética que sugerían operación y reposo por el resto del año tras el desgarro completo del ligamento cruzado anterior. Se perderá todo 2024.
Acuña, de 26 años, llegó a la liga en 2018, 24 días antes que Soto y según avanzó la campaña se dio inicio a un match cuyo primer round ganó el sudamericano, con el premio al Novato del Año de la Liga Nacional.
Todo marchaba a pedir de boca para los Bravos hasta que en el ombligo de la campaña 2021 se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, quedó fuera por el resto de una campaña donde Atlanta ganó la Serie Mundial y regresó en 2022.
De los 985 choques que la novena de Georgia ha disputado desde que subió a Acuña el venezolano ha aparecido en 722 (73%). En cambio, Soto ha figurado en 913 de los 962 que jugaron Nacionales, Padres y Yanquis.
Un tramo donde el dominicano ha sacado 99 imparables de diferencia, entre ellos 32 cuadrangulares y 162 carreras impulsadas, mientras su aporte ofensivo (OPS+) se distancia 21 puntos.