El martes en la mañana Johnny Cueto se reportó al campamento de las Águilas y le aseguró a la gerencia amarilla que se instalaba en Santiago hasta donde llegara el equipo en el torneo. Más adelante en el día, los Gigantes colgaron en sus redes un «agradecimiento» a Fernando Rodney, la forma elegante de los clubes anunciar un despido. Antes de terminar el día los Toros licenciaron a Juan Francisco, líder jonronero histórico de la liga.
Veteranos de largo recorrido, vinculados a hazañas imborrables del subconsciente de fanáticos y estar hechos de un material escaso une a este trío, que se resiste a colgar los spikes.
A pocas horas, de ser cesado, Francisco consiguió trabajo con el Licey, el equipo con el que conectó el grueso de sus palos de cuatro bases. Rodney entró en el radar de los Toros, que lo probarán a ver si ese arco todavía puede lanzar flechas.
Cueto, con anillo de Serie Mundial y el lanzador dominicano que más dinero ha ganado (US$166 millones), tiene 38 años, y viene una experiencia amarga con los Angelinos, donde toleró nueve carreras en 11 entradas y aceptó 14 imparables antes de ser dejado libre.
El petromacorisano quiere mandar señales de que todavía tiene municiones desde el equipo donde lanzó tres temporadas en la parte inicial de su carrera (2006 hasta 2009), en un circuito donde no regresó sino hasta el round robin pasado, con las Estrellas.
Rodney, de 47 años, quien ni siquiera cuando superaba los 40 rescates por curso en la MLB se ausentaba de la Lidom, estuvo las últimas dos campañas con los Gigantes, tras una carrera de 15 campañas con el Escogido. Su referencia más reciente fue la Liga del Cibao.
A Francisco el Licey le dejó claro que llega como un jugador del banco, con más opciones de tomar turnos en la segunda parte de la fase regular. El bateador zurdo apenas apareció en 14 partidos y tuvo 39 apariciones con los Toros el curso pasado con nueve hits (.231), entre ellos un jonrón.
El torneo arranca el próximo miércoles 16 con triple cartelera entre equipos regionales.